Es en esta oscuridad, donde bajo un rayo leve de luna
Alumbra esa sombra que me persigue. Temo hoy por mí, me ve con sus ojos color sangre, probablemente la de aquellos que ante su mirar sucumbieron, se relame, huele mi miedo y encuentra en el un libro. Se relame, ya es tarde, ya estoy muerto y él lo sabe. Las luces de la ciudad de repente se encienden en medio de aquel claro de luna y retrocede, no podría estar más feliz. Aun me mira pero sabe que no podrá atacar… la ciudad está de mi lado, el Lobo en mi contra.
Pasa el día y vuelve la noche; de repente me encuentro solo y entonces lo veo, de nuevo delante de mí, como demostrando que mi vida está en sus manos y la realidad es que ya la perdí. Otra vez mi corazón empieza a latir con la fuerza de un motor de doce cilindros; se relame, huele mi miedo y encuentra en el un poema, está a menos de un metro de mi, ya es tarde, no me molestaré en gritar; Un disparo retumba en la oscuridad e impacta en el suelo, el animal huye pero no con miedo sino como si me quisiera dar otra oportunidad… mis amigos están de mi lado, el Lobo en mi contra.
Retomo la noche en un callejón detrás de un cementerio. La calle se esta volviendo mi amiga, como lo es la soledad. ¡Silencio!, ¿que es eso? De la nada aparece, salta sobre mí y desgarra mi carne como si no hubiera comido en años, no lo vi venir, no se dejó ver y aun así me ataco de frente. El dolor es insoportable, grito por ayuda, sólo responde un gato sentado sobre el muro del cementerio. Logro zafarme y corro tratando de no desangrarme en el camino, él me sigue pero no trata de alcanzarme, está jugando conmigo. Mientras corro hacia las puertas, éstas se cierran en mi cara. La gente me ignora, los vagabundos se burlan pero corren cuando ven al animal; las luces de las calles se apagan en la medida en que avanzo, tropiezo… ¡Maldita sea!, me rodea, se relame, huele mi miedo y encuentra en el un verso, se relame y se abalanza sobre mi, ya es muy tarde, estoy muerto, él me mató… la gente me dio la espalda y el Lobo con su barriga llena.
Es tarde, veo el ocaso sentado en un banco. Las heridas de ayer se transformaron en garras; los pecados se ven tan entretenidos ahora y la tentación es intensa, casi sexual. Huelo y degusto el humo que despide el habano que encendí hace un rato, es placentero estar muerto. El animal regresa a mí, lo comprendo, huele mi miedo, no lo encuentra y es porque no lo tengo, es divertido estar vivo, se acerca a mi y lame mis heridas mientras un mar de gente se aproxima a nosotros. Los mira con el mismo semblante con el que me miraba a mi, y yo también, la ciudad de la furia se ve tan distinta hoy, ya es tarde, ellos están muertos y no lo saben… el mundo esta en mi contra y el Lobo justo a mi lado.
1 comentario:
bueno esta muy bueno el carnicero, espero sigas escribiendo panita el blog es muy bueno . jackson (1er encuentro de escuelas tecnicas barinas)
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